miércoles, 11 de mayo de 2011

IDENTIDADES PERDIDAS (II)

Edición electrónica, documentación, catálogo, y estudio del archivo
fotográfico de D. Bienvenido Vega. Sierra de Francia. Años 1962-1968.

Florencio Maíllo, 2006




CONTEXTOS
EL AUTOR Y SU MUNDO PRÓXIMO



Bienvenido Vega Rodríguez en la oficina de telégrafos de Sequeros, el 3 de marzo de 1963. Bienvenido Vega Rodríguez nació en Salamanca (24 de febrero de 1946), aunque toda su infancia y adolescencia la pasó en Sequeros, es hijo de Josefa Rodríguez Rodríguez y Sebastián Vega Huerta. Josefa Rodríguez Rodríguez, es natural de Sequeros (5 de mayo de 1915), e hija de Cecilio Rodríguez Nieto, natural de Salamanca, y Dolores Rodríguez Hernández, natural de Monforte de la Sierra, Josefa trabajó en Sequeros como modista, actualmente reside en Salamanca. Por su parte, Sebastián Vega Huerta, era natural de Sequeros (20 de enero de 1912), fallecido en 2001, y trabajó como funcionario del ayuntamiento de Sequeros. Bienvenido Vega Rodríguez a los catorce años comienza a trabajar como repartidor en la oficina de telégrafos de Sequeros. En febrero de 1963, inicia su labor como fotógrafo, hasta 1968, fecha en la que se incorpora al servicio militar. Con anterioridad, entre el 20 de septiembre de 1965 y, el 30 de noviembre de 1967, emigra a Mataró, Barcelona, como empleado de una fábrica, regresando de nuevo a Sequeros y reiniciando las tareas de la fotografía. Durante el período de su estancia en Mataró continuó haciendo fotografías en sus vacaciones. Al finalizar el servicio militar volvió a Mataró donde permaneció hasta el 6 de noviembre de 1971, momento en el que ingresa en telégrafos, en Salamanca. Bienvenido Vega se casó el 5 de agosto de 1972 en Mataró, Barcelona, con Margarita Bret Bastor, natural de Flix, Tarragona, (28 de enero de 1950), hija de José Bret Cirac, natural de Zaragoza, y Victoria Bastor Gabasa, tienen tres hijos. La familia al completo en la actualidad reside en Salamanca, Bienvenido se jubiló en 2005.



Biografía de Bienvenido Vega



Bienvenido Vega Rodríguez, nació el día 24 de febrero de 1946 en el Hospital Provincial de Salamanca, en la calle Espejo. Es el mayor de tres hermanos; le siguen Ana María y Juan José. Toda su infancia y adolescencia la pasó en Sequeros.
Sus padres, Sebastián Vega Huerta y Josefa Rodríguez Rodríguez, son naturales de Sequeros. Sebastián desempeñó las labores de depositario en el Ayuntamiento de Sequeros, Josefa era modista, y enseñaba a confeccionar, cortar y coser a las mujeres del pueblo y de los pueblos de alrededor, fundamentalmente de Villanueva del Conde, Monforte, Mogarraz y Casas del Conde. Josefa, con catorce años, aprendió las labores de costurera en Madrid, donde vivió unos meses hasta las revueltas previas a la Guerra Civil, fecha en la que regresó al pueblo.



Luciano 3-5-50. Josefa Rodríguez Rodríguez con sus hijos Bienvenido, Ana María y Juan José, en Sequeros el 3 de mayo de 1950. Fotografía realizada por Luciano Soto Luján.


Bienvenido Vega estudió en la escuela de Educación Primaria de Sequeros hasta los doce años de edad, certificado que le entregan el día 14 de julio de 1959[1]. Este es el instante en el que comienza a trabajar en telégrafos como premio de reparto (una especie de complemento asignado al jefe de telégrafos para contratar un ayudante que distribuyese los telegramas a domicilio). Bienvenido Vega no pudo figurar como repartidor oficialmente hasta los catorce años, por ser menor de edad para trabajar, de modo que para llevar a cabo dicha responsabilidad tuvo que compartirla con otra persona mayor de edad, lo que supuso la consiguiente división del sueldo diario asignado de cinco pesetas entre dos.
Ese cometido como repartidor de telégrafos escasamente retribuido al que se dedicó durante su adolescencia coincidió en el tiempo con su entrega a la fotografía, cuestión que desde muy temprano se planteó como medio para aumentar sus ingresos.


Documento autor-013c. Bienvenido Vega Rodríguez junto a sus compañeros de trabajo, Juan Molá,  Antonio Polvillo, Manolo y José, en la fábrica MACLA de Mataró, Barcelona, en 1966.


A finales de 1965, con diecisiete años de edad, emigró a Cataluña en busca de empleo y animado por un tío que había marchado con anterioridad. Mataró es el destino donde se establece en el período comprendido del 27 de Septiembre de 1965 hasta el 5 de Diciembre de 1967[2], trabajando en la empresa: Macla Poliyrethan Elastomere, S.A., Industria Hispano-Alemana, tras el cual retornó a Sequeros, donde permaneció hasta que a finales de 1968 se marcha para prestar el servicio militar. En mayo de 1968 obtiene el permiso de conducir, circunstancia que le proporciona gran movilidad. Desde este momento se desplaza asiduamente a Béjar a lo largo del año para incrementar su asistencia al laboratorio fotográfico “Montagut”, relación que en calidad de fotógrafo de reportajes para el entorno de Sequeros había desarrollado años atrás. En esta ocasión va a ampliar su compromiso retocando copias, a la vez que ejerce de reportero fotográfico al servicio de esta empresa en la que cubrió acontecimientos que le asignaban. El estudio fotográfico “Montagut” lo crearon dos hermanos de origen catalán, que se establecieron en Béjar al acompañar al cabeza de familia, que desempeñó coyunturalmente la dirección de una empresa textil.
Bienvenido Vega adquirió su primera cámara fotográfica en febrero del 1962, una pequeña cámara de objetivo fijo que compra por catálogo a Galerías Preciados de Madrid, inicialmente con la intención de hacerse fotografías con sus amigos en las fiestas. A este período pertenecen las fotografías cuyos negativos son de 4,5x6 cm. Anteriormente, en los años 1961-62 ya había efectuado su primera incursión en la fotografía, utilizando una vieja cámara Kodak de fuelle que Jerónimo Díaz, amigo del padre, puntualmente le prestaba para realizar fotografías familiares. A esta cámara corresponden los negativos de 6x9 cm. que forman parte del archivo.


b-584. Agustín Rodríguez Hidalgo, Ana María Vega Rodríguez, Bienvenido Vega Rodríguez, Manuel Cordovilla Hernández y María Sánchez Rodríguez, en el jardín de los hoteles en Sequeros, el 6 de enero de 1962.




Copia a131. Agustín Rodríguez Hidalgo, Bienvenido Vega Rodríguez y Manuel Roda Sánchez, en Béjar, el 20 de marzo de 1963.


Las fotografías se las procesaban en el estudio fotográfico “Montagut” de Béjar; este estudio era muy conocido en toda la Sierra de Francia Baja ya que al tratarse del más cercano a la comarca era muy demandado para la producción de reportajes festivos. Bienvenido Vega efectuaba los encargos a través del autobús de línea que diariamente comunicaba Sequeros con Béjar. Los dueños del estudio fotográfico “Montagut” conocen la dedicación de Bienvenido Vega de forma casual, descubriendo su trabajo a través de los revelados y ampliaciones que le practican. Valoran positivamente su trabajo, y poco tiempo después le ofrecen la posibilidad de trabajar en el campo profesional realizando reportajes fotográficos en los pueblos del entorno de la localidad de Sequeros, ya que ellos no pueden responder a toda la demanda de que disponen en esta zona. La única condición que le plantean los “Montagut” para colaborar con ellos es que plasme sus fotografías con una cámara que le permita obtener mayor calidad. Es así como Bienvenido Vega consigue su cámara “Baldessa” en la tienda “Montagut” por la cantidad de dos mil quinientas pesetas, con la que va a realizar la mayor parte de su producción fotográfica.


Copia-046. Bienvenido Vega Rodríguez montado en un caballo en la Llanada de Sequeros, el 28 de marzo de 1965.


Nuestro fotógrafo conseguía película de negativo de blanco y negro a granel en el laboratorio Montagut de Béjar. De este modo, optimiza los gastos trabajando con película enlatada de diez o treinta metros. Los carretes los cargaba él mismo en chasis reversibles de múltiples usos; fragmentaba la tira de la lata en un cuarto oscuro, donde cargaba los chasis con el trozo de película que necesitaba. De este hecho se desprende, en parte, la gran atomización del material usado, ya que no exponía y procesaba carretes completos sino aquellos trozos correspondientes a las necesidades puntuales. El otro motivo por el cual encontramos las tiras de película originales muy fragmentadas se deriva del posterior recortado de fotogramas específicos para la confección de réplicas en Béjar.
La formación de Bienvenido en la técnica fotográfica se va desarrollando con el trabajo diario, siendo sus referencias visuales las imágenes de los diarios que llegaban a telégrafos, los  provinciales de La Gaceta y El Adelanto, así como el diario nacional ABC. Pero fundamentalmente le atraía la superior calidad de imagen ofrecida por revistas como Ama, Lecturas y Blanco y Negro, que ya por aquella época llegaban esporádicamente a Sequeros. Su formación visual se completa con la experiencia diaria, aprendiendo del día a día. Se trata, por tanto, de un fotógrafo autodidacta, que ve hacer a los fotógrafos que pasan por Sequeros, y es un observador de las imágenes de los medios impresos que le ayudan a educar su mirada.
Bienvenido Vega comienza a ser reconocido como fotógrafo en una suerte de boca a boca que se extiende por la zona. Las gentes de su localidad recurren a él para hacerse esas fotografías que en otras ocasiones han tenido que efectuarse en Salamanca o Béjar, con el consiguiente desplazamiento, ya que los fotógrafos ambulantes sólamente se acercaban a estas localidades coincidiendo con las fiestas patronales o por encargo en casos de celebraciones. En los pueblos de la zona tiene sus informadores en los bares y en las centralitas locales de teléfonos, que le avisan de posibles trabajos. Con éstas mantiene comunicación diaria puesto que los enlaces telefónicos para toda la comarca partían de Sequeros en aquella época. Sus contactos son: Ramona en Mogarraz, Francisca en Villanueva del Conde, Adelaida en Casas del Conde, y en Monforte los familiares que tenía en la localidad; su abuela era natural de allí.
Para la ejecución de las fotografías en las diferentes localidades de la comarca, Bienvenido Vega se desplazaba andando, en otras ocasiones a caballo, y en los últimos años en bicicleta. En la mayor parte de los casos se trataba de encargos que le solicitaban con antelación; y en las fotografías elaboradas en las fiestas, donde no existía petición previa, generalmente las efectuó en las procesiones o en el salón de baile. En estos últimos casos el compromiso obligaba a los retratados a realizarse un mínimo de tres imágenes, y en el particular de retratos de parejas se le practicaban como mínimo dos. Los pedidos de las copias, en relación a las procesiones, surgían tras la visualización de las reproducciones, cuestión que se efectuaba enseñándolas a los interesados en la propia casa del fotógrafo, mostradas en la vitrina colocada para tal efecto en la puerta de su domicilio, y las practicadas en Villanueva del Conde en el bar “Cele” de Francisca o en de los “Galgura”. Por lo general siempre se trataba de gente conocida.
Al principio, cuando comenzó a formalizar los primeros encargos,  por las tres copias de las fotografías del formato 6x9 cm. que realizaba cobraba la cantidad de diez pesetas. Si se practicaba una sola copia el precio ascendía a cinco pesetas, y por la ejecución de dos cobraba ocho.
En la misma época, en la zona de Sequeros, trabajaban también la fotografía de reportaje el estudio Montagut de Bejar, y dos profesionales ambulantes: Segismundo Martín y Laureano Soto; este último introdujo en la comarca las fotografías “del minuto”. Bienvenido Vega solicitó en Hacienda de Salamanca la matrícula de fotógrafo ambulante necesaria para trabajar en toda la provincia, para evitar las denuncias de los fotógrafos profesionales. Era conocido el celo que Segismundo manifestaba contra el intrusismo.
Las temáticas abordadas en sus instantáneas tienen como peculiaridad omitir temas vinculados a labores agrícolas, salvo en muy contadas ocasiones. Esto no significa una intencionalidad de olvido o no querer tratar estas materias, sino que respondía a una eventualidad puramente pragmática, puesto que en la mayor parte de los casos fotografiaba por encargo. Bienvenido Vega recuerda haber efectuado fotografías sobre la trilla en sus diversas tareas, la recogida de la fresa, imágenes sobre el embalaje y selección de la fruta, otras donde se reflejaba la medición del vino y cargando los pellejos, etc. De todas ellas sólo se conservan algunas vinculadas con la recogida de la fresa. 
Los originales de las imágenes no se los entregaba a las personas que le encargaban las fotografías. Todos eran archivados, envueltos enrollados, clasificados con su correspondiente etiqueta de tema y fecha, y guardados en una cómoda de la casa familiar. Debemos señalar que un buen número de negativos desaparecieron por diversos motivos, algunos posiblemente se extraviaron por falta de interés en su conservación, ya que cuando las copias eran realizadas y entregadas podría entenderse que habían cumplido su función, otros, quizá la mayor parte de las pérdidas, se malograron tras el traslado de Bienvenido Vega a Salamanca, donde estableció definitivamente su residencia tras prestar el servicio militar en 1969, momento en el que abandonó definitivamente su actividad como fotógrafo de Sequeros. Desde entonces ha trabajado en Telégrafos y posteriormente en Correos hasta el año 2004, fecha de su jubilación.
En este último período, con Bienvenido Vega ya desvinculado de la fotografía, sucedió un acontecimiento determinante en el deterioro de los fondos del archivo fotográfico. En los años ochenta se practicaron unas obras de albañilería en la vivienda familiar del fotógrafo en Sequeros, y algunos enseres entre los que se hallaba la mencionada cómoda, destinada a albergar el archivo de los negativos, fueron trasladados a otro inmueble que la familia poseía en la misma localidad. Pasados unos años, un duro y lluvioso invierno hundió la cubierta del edificio, y desaparecieron en el episodio la mayor parte de las pertenencias albergadas. Los negativos de las fotografías del archivo sufrieron graves secuelas, se dispersaron, quedando desprotegidos, humedeciéndose y estropeándose una buena parte de los mismos, y en otros casos se corroyeron irreversiblemente. Entre los escombros retirados de la casa en ruinas se desechan los negativos. Unos meses más tarde, en la primavera de 1998, parte de estos negativos son los que llegaron a mis manos, fruto de la casualidad.
Otra parte de los originales del archivo, aproximadamente la mitad de los que se conservan, se preservaron separados del grupo anterior, aunque esto no impidió su degradación. Corresponden a las fotografías que poseen las SIGDIG.  “b” y “c” del catálogo. Estos siempre estuvieron en posesión del autor, y la razón de que se guardasen en lugares separados no responde a ninguna circunstancia concreta, sino simplemente al azar.



b-174. Bienvenido Vega Rodríguez y Luís “Zorro” seleccionando y embalando fresas en Sequeros, el 15 de junio de 1964.




b-016. Calle de Estella o de la Fuente en Sequeros, el 10 de junio de 1963.



[1] Documento Autor, 009 y 009a
[2] Documento Autor,  025 y 025a, 029a y 029b

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